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¿Alguna vez has escuchado a alguien decir lo siguiente? “¡Ahh!, deja que el niño juegue con la tierra ¡Le va a ayudar a fortalecer su sistema inmunitario!”, “¡Yo no me enfermo porque tengo un sistema inmunitario muy fuerte!”, “¿Lavarme las manos? ¡Estoy seguro de que cualquier cosa que esté en ellas solo va a ayudar a que mi sistema inmunitario sea más fuerte!”.
Cuando se trata del sistema inmunitario, existe mucha información errónea y creencias que se presentan como si fueran verdad pero hoy te presentamos datos reales para desmentir algunos de estos mitos sobre el sistema inmunitario. Los cinco ingredientes que mencionamos a continuación han demostrado mediante evaluaciones científicas que respaldan al sistema inmunitario:
el color anaranjado en el interior de la cúrcuma puede parecerse al de la zanahoria, pero la raíz de la cúrcuma es en realidad un tubérculo (como las papas). La curcumina es el compuesto entre anaranjado y amarillo que produce el brillante color de la raíz de la cúrcuma. Se ha demostrado que la curcumina ayuda a modular la activación de muchos componentes del sistema inmunitario, como por ejemplo las células T, las células B, los macrófagos, las células asesinas naturales, y más (Jagetia et al., 2007). También se ha demostrado que mejora la respuesta de los anticuerpos ante contaminantes externos. La cúrcuma puede disminuir significativamente la cantidad de tiempo que tu cuerpo emplea combatiendo patógenos inoportunos. La cúrcuma también contiene antioxidantes que te pueden ayudar a protegerte de los radicales libres (Rathaur et al., 2012)!
el té verde ha sido utilizado por cientos de años como una bebida que se consume por sí sola (Liao et al., 2001). Sin embargo, en años recientes, este ingrediente se ha añadido a muchos alimentos y suplementos dietéticos. Muchos de los efectos positivos de la hoja de té verde pueden atribuirse a que contiene una vasta cantidad de antioxidantes muy potentes conocidos como polifenoles. Otro beneficio del té verde es la modulación del sistema inmunitario (Haddad et al., 2005). El té verde puede ayudar al sistema inmunitario a responder eficazmente ante distintas amenazas a la salud de una forma controlada y equilibrada. El té verde no solo ayuda a tu sistema inmunitario innato—el cual es la primera línea de defensa e incluye células inmunitarias específicas, como los neutrófilos, los macrófagos y las células asesinas naturales (NK)—sino que también ayuda a tu sistema inmunitario adaptativo, el mismo que aprende constantemente a medida que se expone a materiales externos y que incluye células T y B. Específicamente, el té verde respalda y activa las células T, las cuales envían señales a otras partes del sistema inmunitario para destruir a los invasores dañinos. (Pae et al., 2013).
esta extraordinaria planta también es conocida como “Ginseng indio” o “Cereza de invierno india” debido a las pequeñas bayas dentro de la finísima vaina que crecen en sus ramas (Singh et al., 2011). La raíz de esta planta alberga algunos compuestos que promueven la salud, incluyendo alcaloides, lactonas esteroidales y saponinas. Estos elementos activos ayudan a modular la respuesta inmunitaria (Ziauddin et al., 1996; Tiwari et al., 2014).
el zinc es un mineral esencial que necesita el cuerpo para funcionar apropiadamente y es una parte integral de una dieta saludable (Departamento de Salud y Servicios Humanos de los Estados Unidos, 2020). ¡El zinc puede beneficiar a tu sistema inmunitario de muchas maneras! Asiste en el desarrollo y la función celular, la actividad de las células asesinas naturales (NK) y los macrófagos (glóbulos blancos que destruyen las células infectadas o dañadas), en la producción de la citoquina (secreciones proteínicas de las células que envían señales dentro del sistema inmunitario) y en el crecimiento y la función de las células T y las células B. El zinc también tiene antioxidantes para ayudar a tu cuerpo a defenderse de los radicales libres (Prasad, 2008).
los factores de transferencia son pequeñas proteínas conocidas como péptidos, producidas por el sistema inmunitario (Kirkpatrick, 2000). Los factores de transferencia están presentes en fuentes tales como el calostro bovino, la yema de huevo e incluso en la leche materna humana (Diaz-Jouanen, et al., 1974; Krishnaveni, 2013). Los factores de transferencia pasan información inmunitaria de un portador hacia otro, incluso entre diferentes especies (Radosevich, et al., 1985). Los factores de transferencia tienen efectos muy variados en la función del sistema inmunitario como moduladores y educadores inmunitarios, además de ayudar al sistema inmunitario a responder ante las amenazas a la salud y a recordarlas (Krishnaveni, 2013). ¡Todavía hay mucho que aprender sobre los factores de transferencia, pero lo que sí sabemos es que respaldan al sistema inmunitario de una forma increíble!
¡Prueba hoy mismo algunos de estos ingredientes de impulso inmunitario!
Referencias: 1.Jagetia, G.C., & Aggarwal, B.B. (2007). “Spicing up” of the immune system by curcumin. Journal of Clinical Immunology, 27, 19–35. https://doi.org/10.1007/s10875-006-9066-7 Rathaur, P., Raja, W., Ramteke, P. W., & John, S. A. (2012). Turmeric: The golden spice of life. International Journal of Pharmaceutical Sciences and Research, 3(7), 1987-1994. Liao, S., Kao, Y., & Hiipakka R. A. (2001). Green tea: Biochemical and biological basis for health benefits. Vitamins & Hormones, 62, 1-94. https://doi.org/10.1016/S0083-6729(01)62001-6 Haddad, P. S., Azar, G. A., Groom, S., & Boivin M. (2005). Natural health products, modulation of immune function and prevention of chronic diseases. Evidence-Based Complementary and Alternative Medicine. 2(4), 513-520. https://doi.org/10.1093/ecam/neh125 Pae, M., & Wu, D. (2013). Immunomodulating effects of epigallocatechin-3-gallate from green tea: Mechanisms and applications. Food & Function, (9), 1279-1422. https://doi.org/10.1039/C3FO60076A Singh, N., Bhalla, M., de Jager, P., & Gilca, M. (2011). An overview on Ashwagandha: A rasayana (rejuvenator) or Ayurveda. African Journal of Traditional, Complementary and Alternative Medicines: AJTCAM, 8(5 Suppl), 208-213. doi:10.4314/ajtcam.v8i5S.9 Ziauddin, M., Phansalkar, N., Patki, P., Diwanay, S., & Patwardhan, B. (1996). Studies on the immunomodulatory effects of Ashwagandha. Journal of Ethnopharmacology, 50(2), 69-76. https://doi.org/10.1016/0378-8741(95)01318-0 Tiwari, R., Chakraborty, S., Saminathan, K. D., & Singh, S. V. (2014). Ashwagandha (Withania somnifera): Role in safeguarding health, immunomodulatory effects, combating infections and therapeutic applications: A review. Journal of Biological Sciences, 14(2), 77-94. doi:10.3923/jbs.2014.77.94. U. S. Department of Health and Human Services. National Institutes of Health. Office of Dietary Supplements. Zinc – Fact Sheet for Health Professionals. Last updated on March 6, 2020. https://ods.od.nih.gov/factsheets/Zinc-HealthProfessional/ Prasad, A. S. (2008). Zinc in human health: Effect of zinc on immune cells. Molecular Medicine, 14, 353-357. https://doi.org/10.2119/2008-00033.Prasad Kirkpatrick, C.H. (2000). Transfer factors: identification of conserved sequences in transfer factor molecules. Molecular Medicine, 6(4), 332–341. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC1949950/ Diaz-Jouanen, E., & Williams Jr., R. C. (1974). T and B lymphocytes in human colostrum. Clinical Immunology and Immunopathology, 3(2), 248-255. https://doi.org/10.1016/0090-1229(74)90011-7 Krishnaveni, M. (2013). A review on transfer factor an immune modulator. Drug Invention Today, 5(2), 153-156. https://doi.org/10.1016/j.dit.2013.04.002 Radosevich JK, et al. Delayed-type hypersensitivity responses induced by bovine colostral components Am J Vet Res. 1985, 46(4): 875. https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pubmed/3925823
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